12 ENERO 2009Carta de Daniel Cumpa León (izquierda) -piurano, samiguelino, periodista y sociólogo- en torno a la muerte inexplicable de Carlos Augusto Llontop Valdiviezo. Huelgan los comentarios
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RAUL FERNANDO:
Más allá del misterio que suele rodear las últimas horas de vida de algunas personas, algo, por lo demás, muy recurrente en las historias póstumas de personajes en nuestra tierra, me duele la situación de indigencia en la que transcurrió los últimos años de su vida Carlos Llontop, y el rostro del abandono y del olvido que se dibuja en las circunstancias en que muere y en las que es ubicado su cadáver.
¿Será este el triste sino de los luchadores sociales que no son tocados por el poder?
El tema tiene fondo y no aludo únicamente a lo que podría haber hecho el Estado, los sanmiguelinos, las sociedades benéficas, etc., etc., sino también las colectividades políticas, en este caso a la que perteneció Llontop, salvo que también haya desaparecido.
Tal vez no conozco la otra parte de la historia.
Lo único que tengo claro es que hay un Carlos Llontop que trascendió en su tiempo, con una muestra de coraje y de firmeza, y que ha inscrito su nombre en la historia no oficial de nuestros queridos San Miguel y Piura.
Y, en esta ocasión de pesar, vale la pena recordar que si bien en nuestra tierra es característico el temple y el coraje del piurano, sigue faltando aclarar el horizonte y articular fuerzas para que por fin Piura sea un verdadero polo de desarrollo que beneficie en primer lugar a sus propios hijos.
No recuerdo haber tenido la suerte de tratar a Carlos Llontop en Lima o en Piura, como sí a nuestro querido paisano Martín Nizama, con quien, dicho sea de paso, hace mucho que no conversamos.
Un abrazo, RAFEMOLE.
DANIEL
Más allá del misterio que suele rodear las últimas horas de vida de algunas personas, algo, por lo demás, muy recurrente en las historias póstumas de personajes en nuestra tierra, me duele la situación de indigencia en la que transcurrió los últimos años de su vida Carlos Llontop, y el rostro del abandono y del olvido que se dibuja en las circunstancias en que muere y en las que es ubicado su cadáver.
¿Será este el triste sino de los luchadores sociales que no son tocados por el poder?
El tema tiene fondo y no aludo únicamente a lo que podría haber hecho el Estado, los sanmiguelinos, las sociedades benéficas, etc., etc., sino también las colectividades políticas, en este caso a la que perteneció Llontop, salvo que también haya desaparecido.
Tal vez no conozco la otra parte de la historia.
Lo único que tengo claro es que hay un Carlos Llontop que trascendió en su tiempo, con una muestra de coraje y de firmeza, y que ha inscrito su nombre en la historia no oficial de nuestros queridos San Miguel y Piura.
Y, en esta ocasión de pesar, vale la pena recordar que si bien en nuestra tierra es característico el temple y el coraje del piurano, sigue faltando aclarar el horizonte y articular fuerzas para que por fin Piura sea un verdadero polo de desarrollo que beneficie en primer lugar a sus propios hijos.
No recuerdo haber tenido la suerte de tratar a Carlos Llontop en Lima o en Piura, como sí a nuestro querido paisano Martín Nizama, con quien, dicho sea de paso, hace mucho que no conversamos.
Un abrazo, RAFEMOLE.
DANIEL
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